De aqui a la Pasarela Cibeles

La verdad, no entiendo a la gente que se gasta esas millonadas en las clinicas de belleza para adelgazar, si solo hay que venirse a Calcuta para perder peso. Desde el domingo hasta hoy llevo 3 kilos menos; es lo que tiene ser tan desprendido y querer darlo todo. Calculo que habre perdido entre 6 y 7 kilos en total.

Y, dandole vueltas ayer por la tarde, a lo mejor es que me hacia falta perder ese peso, tomarme las cosas con mas calma, aligerarme de tantas ganas de hacer mi viaje, para poder empezar a trabajar bien, sin nada que me impida buscar entre los nignos que cuidare, entre la gente que me voy encontrando, sin nada que limite mi capacidad de asombro, sin ningun lastre.

Lo malo, las nulas fuerzas que quedan para afrontar los 13 dias de estancia en Calcuta. No solo por el trabajo en las casas, sino, tambien, por la propia cuidad. Calcuta te va minando lentamente: sus sonidos, eternos claxons sonando a tu alrededor, recordandote que estorbas, que no eres bienvenido; millones de cuervos graznando sin parar, por tu derecha, izquierda, por encima, por delante, por detras. Sus olores, los cientos de miles de puestos de comidas diseminados por todas las calles, atufandote con su aceite requemado, los fuegos a los que echan excrementos, las especias; los miles de montones de basuras diseminados por todos los sitios, los vertederos en plena calle; la gente haciendo sus necesidades; los de tubos de escape escupiendo sin parar. La gente tirada en la calle; los nignos semidesnudos jugando en la basura; los ancianos suplicando limosna; los tullidos ...

Esto es Calcuta, y a pesar de todo la gente repite, y no es por la cuidad.

Esta magnana, como es jueves y no se trabaja en las casas, me he adobado a un grupo de Cordoba, y nos hemos ido a conocer el Seminario de los Padres Misioneros de la Caridad. Tienen la casa cerca de Casa Madre, en un barrio musulman, y alli estan ahora 17 seminaristas de toda la India. Nos han atendido un Padre Australiano y otro Indio, los dos muy simpaticos.

Y cuando saliamos de alli, los cordobeses, me han invitado a ir con ellos a conocer la leproseria este sabado. La verdad es que me ha hecho mucha ilusion, pues esta magnana salia un grupo de voluntarios a conocerla, pero, entre que no me sentia con fuerzas, y que no me fiaba de mi estomago no he querido ir. Y mira tu por donde, este sabado ire a conocerla.

Ya, a la vuelta, nos ha sorprendido la lluvia ... otro elemento que mina tus fuerzas. Menos mal que ya estabamos en Sudder Street y nos hemos podido refugiar.

Y mi estomago parece que va asentandose; ayer no daba un duro por el y esta magnana parece que todo se va regulando. Lo que me hacia falta era un poco de plantavit, porque abono ya lo habia dado todo.

Por cierto, en la anterior entrada le meti tremenda patada al diccionario. Extraditar, lo que se llama extraditar, solo lo hacen a los que son malos. Mientras que a los que se siente mal, se les repatria. Porque no es lo mismo ser que sentirse. Vamos, que te puedes sentir muy guapo, pero de ahi a que lo seas va un rato largo.