domingo, 7 de septiembre de 2008

El 5 de septiembre es su aniversario

Pues sí, el 5 de septiembre fue el aniversario de la muerte de Madre Teresa.

Fíjate, va, se muere, y nosotros hacemos fiesta. Lo que son las cosas.

En la casa de Madrid (me consta que ha sido así en las cerca de mil casas que tienen repartidas por todo el mundo), nos reunimos todos los voluntarios y amigos, con los enfermos y las Hermanas y celebramos la muerte de Madre Teresa; y, además, lo hicimos felices, con esa alegría de saber que tenemos un aliado más intercediendo por nosotros, que nos cuida como lo habría hecho en vida, más bien, mejor que en vida.

En esa fiesta se nos recordó el motor de Madre Teresa, el porqué de su locura: el Amor. También se nos explicó como tenía que ser ese Amor: “dar hasta que duela, y cuando duela, todavía más” (M.T.), sin esperar nada a cambio. Se nos dijo que nuestra tarea “consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios” (M.T.).

Y se nos preguntó, al menos yo así lo sentí, como era nuestro amor. Y la verdad, me da miedo enfrentarme a esa pregunta, pues sé que fallo mucho en mi entrega a los que tengo a mi lado, pues por desgracia, cuando doy a los míos espero siempre réplica, ¿por qué solo cuando doy a los míos? ...

Y voy y me pregunto, ¿cuando fue la última vez que di sin esperar nada a cambio?